jueves, 12 de marzo de 2015

Por qué adopté a un perrito sin hogar...

Hoy tomé la mejor decisión de mi vida.

Sus pequeños ojos tristes me miraban sin pausa. Su colita se movía de un lado a otro con algo de duda, pero jamás dejó de mirarme. En ese momento supe que me había enamorado para siempre.

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El corazón me dió un vuelco cuando me incliné para tocarla. Hace mucho tiempo había dejado de ser un cachorro, y sus ojos brillantes se posaron en mis manos con algo de recelo. Tranquila... le dije. 

De inmediato se tiró al suelo y me invitó a rascarle la panza. Su pelo estaba lleno de mugre. su piel, marcada por heridas de batallas pasadas, pero eso nunca manchó su corazón dulce y tierno. Saqué de la maleta una de las galletas de mamá y se la ofrecí. La galleta desapareció en segundos, y su carita de agradecimiento no se hizo esperar. 

Con el alma en pedazos me levanté y procedí a despedirme. Su expresión se tornó sombría de nuevo y sentí como todo mi interior se arrugaba y se volvía nudo en la garganta. Me di la vuelta y comencé a caminar. El sonido de sus uñas descuidadas en el pavimento me advierte que no se apartará, y a cada paso es más difícil dejarla ir. 

Logra ponerse a mi lado, y su andar es ahora más imponente, más seguro, más feliz. Camino indiferente, y pienso que en algún momento se irá. Sin querer le enseño a cruzar la calle a mi lado, a evitar conflictos con otros perros y a mantenerse alejada de la basura.

Sin darme cuenta, llego a la calle donde vivo. Mis padres nunca han tenido perros y sé que no la aceptarán. Vete! Le digo fingiendo indiferencia. Ella, en lugar de irse, hace gala de su irreverencia y da un paso más cerca de mi. Su mirada triste toca las fibras más profundas de mi corazón. Mis ojos se llenan de lágrimas y nuevamente me inclino a su lado para abrazarla. Al demonio las pulgas, su pelaje embarrado y las consecuencias. Vendrás conmigo! 

Lo que ocurre después es una mezcla de discusiones que acaban en risas, pompas de jabón y un saquito viejo junto a mi cama. Te has ganado el corazón de toda la familia para siempre. Mi abuela dice que tienes ojos "abejones", así que te llamarás Maya...

Tú también puedes ser parte de la solución y adoptar un amigo para siempre! Ya sea llevando a tu hogar a un callejerito o acudiendo a la fundación más cercana. No lo pienses más!

www.adoptabogota.com

www.patitasdelacalle.org 

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